A partir del 14 de septiembre entra en vigor la nueva normativa de pagos europea PSD2 con el objetivo de reforzar la seguridad en los pagos a través de Internet y la entrada de nuevos operadores en el comercio online.

¿Qué es la normativa PSD2?

Es una normativa aprobada por la Comisión Europea en 2015 para sustituir la regulación anterior del 2007. Nace debido a la entrada en el mercado de nuevos operadores y la necesidad de una mayor transparencia en las operaciones. De tal forma, esta normativa afecta al sector financiero, pero también afecta a los proveedores de pagos electrónicos, a los marketplaces y a los comercios electrónicos.

¿Que consecuencias tiene la norma?

Las entidades se verán afectadas por el open banking ya que estarán obligadas a dar acceso a las cuentas de sus clientes a terceras empresas. El objetivo es homogeneizar las condiciones en las que operan todos los proveedores de servicios de pago

Además, abrirá el mercado financiero a las PISP (softwares que actuarán de intermediarios entre las entidades financieras y los comercios) y las AISP (ordenarán en una misma plataforma todos los datos de los productos financieros del cliente).

¿Cómo afectará al cliente?

Hasta ahora, cuando se realizaba una compra online, los comercios tenían que contactar con una serie de intermediarios en la que ellos se conectaban con la compañia responsable de la tarjeta(por ejemplo Visa o MasterCard) y finalmente realizar el cobro a la cuenta corriente. A pesar de eso, con la nueva modificación de la norma, el consumidor podrá autorizar al comercio para que ejecute pagos en su nombre a través de su cuenta bancaria. Es decir, el comercio y el banco se comunicarán ahora a través del móvil con una aplicación dónde  se garantiza una mayor protección de los datos bancarios del usuario. Así, el usuario sólo será responsable de pagos no autorizados de hasta 50 euros, y a partir de esa cifra será el proveedor el que tendrá que hacerse cargo del importe defraudado. Con la directiva anterior esa cantidad era de hasta 150 euros.

Para que esto funcione, el usuario deberá combinar al menos, dos elementos independientes para verificar su identidad. Ya sea un dispositivo que posee un usuario, una clave que sólo conozca el cliente,  una huella dactilar o el iris del ojo.

Compras más rápidas y adiós a las tarjetas

Con la entrada en vigor de la normativa PSD2, las entidades financieras, al aceptar que los datos bancarios de los usuarios sean utilizados por otras empresas -previa autorización del propio cliente en cada una de las operaciones que haga-, lograrán que las compras y transacciones sean más rápidas. Además, se eliminarán elementos físicos como las tarjetas bancarias.

Noticia recogida de Expansión